El Rebaño fue a tierras quintanarroenses (en donde aún no hemos podido ganar) y de un partido que parecía un típico desastre "efrainesco" alcanzó a rescatar un puntito por lo menos. Si bien es digno de destacar que el equipo jamás bajó los brazos, pues luchó e intentó en todo momento, que se vislumbra cierta mejoría general, y que apenas por tercera ocasión en lo que va del semestre no pierde un partido en el que le anotan primero, no podemos negar lo evidente: Chivas está convertido a todas luces en un equipo con un nivel futbolístico muy limitado. No hay solidez defensiva, en labores de ataque preocupa en extremo nuestra falta de
peso específico, no se nota un estilo definido de juego (no sabríamos cómo responder a la pregunta "¿a qué jugamos?")... en fin, todo nos cuesta muchísimo.
Apenas habían transcurrido ¡dos! minutos cuando ya estábamos abajo en el marcador en una jugada en la que la defensa hizo agua como ya es costumbre, y al minuto '20 los focos rojos en todo el mundo chiva se encendían, pues la losa ya era de dos goles en contra. Esto semanas atrás hubiese significado derrota segura, pero por lo menos en este equipo ya se notó algo de capacidad de reacción, así que luego de trabajarlo mucho se consiguió -merecidamente- el empate. Es cierto que nuestros dos goles llegaron de errores del rival, pero también lo es que se logró tener cierta presencia en territorio rival, algo que con el anterior DT era impensado.
Si no hay mucho potencial (como ya nos quedó claro es nuestro caso) difícilmente se puede cambiar el rumbo de manera importante o decisiva, por lo que es válido preguntarse para qué nos alcanzará en ambos torneos. Parece que una vez más tendremos que apostarle todo a la mística del Rebaño, esa que puede aflorar cuando no tenemos muchas armas futbolísticas a las que recurrir (ejemplo: con un plantel limitado y que jugaba a absolutamente nada, haber eliminado al Atlético Paranaense y a River en la Copa Sudamericana 2008). Pase lo que pase nosotros estaremos a muerte con nuestros colores.
<< Página principal